Cada persona posee una gran riqueza que es una fuerza creadora, la cual podemos de llamarla “Energía”.
Durante esta semana, nuestro comité de valores ¨Sintonía Banx¨, colaboro con nosotros en la elaboración de nuestro blog. Con el fin de transmitir información relevante acerca de nuestra salud física y mental.
En el día a día estamos rodeados de energía, sea positiva o negativa. Logramos absorberla de lugares o incluso de personas con las que convivimos, así también podemos transmitir nuestra energía a los demás.
Tal vez has escuchado en alguna parte que los seres humanos podemos absorber la energía de los árboles, agua, tierra e incluso de los animales. Esta acción es casi imperceptible e inconsciente ya que existe en nosotros una necesidad de alimentar nuestro estado de ánimo.
Por ejemplo, cuando un amigo o familiar esta triste lo primero que hacemos, para demostrar nuestro apoyo y empatía, es poner la mano en su hombro y decirle “tranquilo, todo va a estar bien”. Cuando realizamos esta acción, comenzamos a transmitirle nuestra energía positiva y a nosotros adsorber esa energía negativa (la cuál transformarnos en positiva).
De igual manera funciona con los pensamientos; Si pensamos positivo, la energía positiva es acercada a nosotros y cosas buenas nos suceden. Por el contrario, si acostumbramos a tener pensamientos malos, atraemos energías negativas que no nos permiten avanzar con felicidad, y por consiguiente siempre nos pasaran cosas desagradables.
Por otro lado, sabemos que existen diferentes tipos de energía, pero una definición general que podemos encontrar en diferentes estudios o investigaciones que se han realizado es que:
“La energía es la capacidad de los cuerpos para realizar un trabajo y producir cambios en ellos mismos o en otros cuerpos”
Gracias a que vivimos en un universo con campo de posibilidades infinitas, positivas y negativas, tenemos la opción de elegir cuál de estas posibilidades prestar atención.
Por eso es importante comprender que estamos hechos de energía y que ésta es tanto material como espiritual y ambas nutren nuestra vida.
Desgraciadamente, la energía negativa es muy de contagiar, así como una persona se puede contagiar de gripe, por consecuencia tendremos conflictos, odio, rencor, carencia y personas conflictivas que transmitan estas malas vibras.
Por el contrario, las “buenas vibras” nos traen salud, alegría, armonía, amor, felicidad y personas afines con esa vibración y abundancia.
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Esperanza, experta en temas de energía positiva y negativa dice:
“Partiendo del punto de que absolutamente todo es energía en el universo, y esto es algo que está comprobado y abalado científicamente, desde lo más denso a lo más etéreo, de lo animado a lo inanimado, de lo visible a lo invisible; todo, todo, todo es energía en sus formas y funciones.
Lo que hoy nos interesa es aprender a cómo utilizar la energía de los seres humanos. La energía es la verdadera riqueza que poseemos, la varita mágica con la que podemos conseguir vida, armonía, salud, protección, paz, fuerza, prosperidad, felicidad, todo lo bueno y excelente para nosotros mismo y los demás.
Los pensamientos, los sentimientos, las emociones y las intenciones de cada persona, generan, irradian y transmiten una energía, calificada según sea el estado de ánimo de la persona que lo lanza al cosmos, si ésta energía es negativa, la van a recibir o absorber de lleno aquellas personas que tengan pensamientos y sentimientos similares. De manera que la gente pesimista se va haciendo cada vez más pesimista, los iracundos más iracundos, los envidiosos más envidiosos.
Y llega a haber tal carga de energía mal calificada de la propia y la ajena, que nuestra vida se puede convertir literalmente en un infierno, en el cual, la posibilidad de salida se ve cada vez menos posible”.
Poder tener una claridad de cómo se puede sentir tales energías, sean en los espacios laborales, en el hogar o con las personas que nos rodean, ayudará a mejorar nuestra calidad de vida, podremos saber qué cosas nos están afectando y encontrar una solución más rápida.
